Hace ya tiempo que parece claro que el fenómeno freelance ha venido para quedarse. Cada vez es más frecuente encontrarse con esta modalidad de trabajo en ofertas y demandas de empleo.
Esta tendencia laboral anuncia una posible despedida de la figura de empleado convencional en un futuro no muy lejano, y tenemos que estar preparados para estos nuevos tiempos.
La gig economy, la nueva economía del freelance.
En los entornos laborales, cada vez está más presente la llamada “economía del freelance”, o más popularmente conocida como la gig economy, consistente en la realización de varios proyectos de una duración determinada sin compromiso de exclusividad por parte del trabajador hacia la empresa. Una forma de trabajar en la que el autónomo cuenta con libertad para elegir un proyecto interesante, aunque le obliga a tener muy presente una premisa universal: la organización.
Es por eso que cada vez son más los adeptos a lo que en Befree denominamos “las cinco huchas”. O dicho de otra forma, los detonantes que hacen sufrir sustancialmente el bolsillo del freelance.
- Hacienda: Uno de los gastos ineludibles es estar a día con los impuestos: la cuota de autónomos, el IVA y la retención de IRPF supone un gasto mínimo de un 36% de entrada.
- Bajas: Siempre nos puede pasar cualquier imprevisto que nos deje inactivos por una larga temporada: enfermedad grave, maternidad, etc.. Es por eso que es importante reservar una parte para este tipo de casos. Mejor prevenir que curar.
- Vacaciones: Todo el mundo necesita unas merecidas vacaciones y los freelances no son una excepción. Sin embargo, a diferencia de un trabajador por cuenta ajena, los autónomos no solo se costean los gastos propios de unas vacaciones (hotel, vuelos, comida, excursiones…) , sino que también hay que añadir los días de inactividad en los que no cobran.
- Tiempo sin proyecto: La flexibilidad tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Una de las malas es que todo proyecto tiene su fin y puede pasar que, entre la finalización de un proyecto y el comienzo del otro, haya un periodo en blanco. Contar con un colchón para este tipo de casos es algo muy importante para evitar angustias.
- Gastos de equipo: En la mayoría de los casos las empresas no facilitan a los freelance de su equipo, las herramientas técnicas para el desarrollo del trabajo. Esto puede incluir los gastos en licencias de software o equipo informático acorde al proyecto.
En resumen, una buena previsión de gastos puede evitar muchos disgustos de última hora. Tener un colchón es una garantía de seguridad y tranquilidad en un mundo laboral cada vez más cambiante e incierto.
Y tú freelance, ¿estás de acuerdo? ¿Qué haces tú para afrontar estos imprevistos?