Usando un símil deportivo, nuestro campeón Rafael Nadal dijo, tras perder siete finales seguidas en 2011: “Tengo que volver a aprender a jugar al tenis”. Nadal perdió puestos en el ranking, pero aprovechó su descanso para “aprender a jugar” de nuevo: en junio de 2012 levantaba su séptimo Roland Garros.
El deporte guarda paralelismos con la vida empresarial: búsqueda de la perfección, rendir al mismo nivel previo a una derrota, superación de problemas personales, etc. Ambos exigen una correcta gestión del cambio para retomar el camino del éxito.
Información, formación, decisión
Todas las empresas se enfrentan a retos que suponen cambios en su manera de trabajar, en su forma de acercarse a sus clientes y proveedores y en sus relaciones con el capital humano. Para cumplir con los objetivos que nos hemos marcado, debemos dar 3 pasos fundamentales: información, formación y decisión:
1. Información. En esta etapa, según los expertos del estudio, las empresas tienen que hacerse dos tipos de preguntas: En primer lugar, externas: ¿Cuál es y qué evolución podemos esperar de la situación económica? ¿Qué está haciendo la competencia para generar más confianza, ganar cuota de mercado e incrementar la rentabilidad? Y en segundo lugar, cuestiones internas: ¿Mi producto o servicio es lo que demanda el mercado? ¿Mi precio es competitivo? ¿Dispongo del mejor equipo para garantizar la calidad que el mercado puede pagar?
Es el momento de planificar la siguiente temporada para aumentar el número de victorias, contrarrestar las fortalezas de los rivales y hacer valer las propias. Esta fase de información finaliza con el compromiso de lograr unos objetivos determinados, así como con la comunicación de dichos objetivos a la organización y al mercado.
2. Formación. Una vez realizado el análisis y adquirido el firme propósito de alcanzar unos objetivos, es hora de formar al equipo interno para lograrlo. Los cambios son habituales en el mundo del deporte: un nuevo entrenador o un preparador físico para aumentar fuerza y velocidad; apoyo psicológico para ganar fortaleza mental; un cambio de raqueta, o mejoras en un Fórmula 1.
En la empresa, los cambios pueden ser tecnológicos (un nuevo software); humanos (un apoyo externo al equipo); nuevos servicios o productos; una reflexión interna para ganar eficiencia y rentabilidad en las actividades de mi empresa; o una mezcla de todos ellos. Para afrontar y ejecutar los cambios, deberá preparar y formar a toda la organización en nuevas aptitudes, nuevas capacidades y nuevas fórmulas de colaboración entre diferentes departamentos, nuevo modelo de reporte, nueva planificación, etc.
3. Decisión. En un primer momento, el equipo pasará por la negación al cambio; incluso es posible que adopten medidas propias para entorpecer los resultados. En numerosas ocasiones, este rechazo se debe al miedo: a cambiar de mentalidad, a utilizar nuevas herramientas, a implantar una metodología hasta ahora desconocida para la empresa.
Para superar ese temor, es crítico contar con el apoyo de la jerarquía de la organización y seguir los calendarios previstos hasta que los resultados de las medidas acordadas provoquen una aceptación del cambio y una nueva ilusión ante los nuevos retos y objetivos de la empresa.
Además, para que la decisión final se tome de la mejor manera posible, es importante recorrer el camino con un partner experimentado en la gestión del cambio, que haya vivido este mismo proceso en empresas similares, y así adelantarse a las dificultades que surjan y lograr el éxito.
Según Gorka Ochoa, director comercial de BravoSolution, "al igual que en el deporte, las empresas deben aprender que, para seguir ganando, hay que seguir evolucionando y cambiar para mejorar, y para ello es necesario encontrar a un socio adecuado que nos asesore en ese proceso de cambio".