De unos años a esta parte, el escenario de la moda en consultoría está cambiando.
Antes, todos los consultores vestían de manera muy formal: los hombres no prescindían del traje de color azul o gris y corbata sin estridencias, y las mujeres del tacón y las faldas o pantalones de vestir. Pero en la actualidad, estos códigos están cambiando de forma acelerada, siguiendo la tendencia informal de grandes líderes empresariales como Mark Zuckenberg o el difunto Steve Jobs.
Esos trajes de chaqueta y corbata obligados han pasado a un segundo o tercer plano, y los hombres visten de manera más informal, lo que no quiere decir que sea menos elegante ni menos acorde en el día a día, y en las mujeres se observa que el código de vestimenta se ha abierto para dejar paso a prendas más versátiles.
¿Qué ha provocado este cambio?
El mundo laboral ha cambiado en los últimos años. Han aparecido nuevas profesiones, se han automatizado muchos procesos y cada vez se habla más de teletrabajo y de jornadas flexibles.
A esto, hay que sumarle la llegada de la era de la Generación X y Millennial, que no dudan en utilizar la ropa como una herramienta para diferenciarse.
A estas dos variables, tenemos que sumarle también que el mercado laboral es altamente competitivo, por lo que los esfuerzos de reclutamiento y retención de talento tienen que ser más creativos. Una forma es ofrecer una buena compensación, pero permitir vestir de manera menos formal cuenta también como un beneficio.
Por eso, las empresas cada vez crean más estrategias que les permitan adaptarse. Flexibilizar el dress code ayuda a las organizaciones a ser atractivas para sus colaboradores, motivarlos y mejorar el clima laboral.
Las grandes consultoras, en un llamamiento al talento más joven y más entusiasta, han relajado sus exigencias en cuanto a la vestimenta.
Mejora de la productividad
Desde luego en Befree lo tenemos claro, dar libertad a nuestro equipo para vestir como quiera, por supuesto dentro de unos límites normales de limpieza, educación y saber estar, aporta que cada uno pueda vestir según su forma de ser, sentirse identificado con aquello que lleva y con ello estar cómodo para desarrollar su actividad sin sentirse “disfrazado” ni incómodo.
No estar pensando en que ponerse es una liberación de energía mental que nuestros consultores emplean en ser más productivos.